Más vale tarde

...que nunca, y pudo pasar que Royo se queda sin ganar en Segunda División, pero no pasó. Afortunadamente para todos, al fin llegó la primera victoria. Con Camacho de mediapunta por el centro, con las líneas juntas, con el 4-2-3-1, sin el pivote suicida en el que tanto había insistido el técnico y sin mucho fútbol, reconozcámoslo.

El primer paso para ganar fue desterrar de una vez por todas un 4-3-3 en el que el pivote defensivo -Helguera o cualquier otro futbolista del Mundo- se quedaba sólo teniendo que tapar ambas bandas, achicar, apoyar a los centrales...tenía que hacer de todo siempre en inferioridad numérica. Un acierto, vamos.

De Luis se ha dicho que estaba lento y mayor y se ha insinuado que piensa que debe jugar por decreto. Habló en el césped tan rotundamente que no tengo que añadir más que un detalle: los 5 centrocampistas de la SD Huesca trabajaron a destajo y ordenados. Juntos por primera vez, algo que apenas se ha trabajado esta semana por primera vez y en seguida ha dado sus frutos. Quiero decir con esto que ayer, a los defensas no les llegaban atacantes en oleadas. Los que pasaban el medio campo lo hacían maltrechos y eran rematados por la defensa.

De Camacho y su posición he escrito tanto que sus dos goles de ayer sólo refuerzan aún más un hecho, una evidencia tan incontestable que aterra contar las oportunidades perdidas hasta ayer.

Y hasta aquí, lo bueno. El cambio y la reacción. Lo malo, no es poco. Ayer el Huesca mejoró pero ganó gracias a una efectividad fuera de lo común: 2 goles en 2 llegadas en el primer tiempo. Una en un corner mal defendido en el que Camacho bordó un remate precioso. El segundo, en una prueba más de que el Nástic tenía a todos sus centrales lesionados. Error garrafal, perseverancia de Camacho y golpe de fortuna que desemboca en el 0-2.

Antes de eso Piñeiro Crespo le perdonó la expulsión a Josetxo y, después, no pitó una dudosa caída de Powell dentro del área azulgrana -celeste ayer-. Que pudo acertar o no, pero que pocas ocasiones va a gozar el Huesca de un arbitraje así, y menos a domicilio. Vamos, que se acabó sufriendo ante un Nástic plagado de bajas, muy venido a menos, y con un Nou Estadi que apenas presionó en un par de momentos.

En definitiva, que se juntó todo para que la SD Huesca ganara. Pero falta mucho. El primer paso se ha dado. Sólo con el cambio de sistema y poner a los jugadores en su sitio ha bastado para evidenciar que, una plantilla denostada por el entorno, parezca mucho mejor. Al grano: que ni es cuestión de edad ni milongas de esas, era producto de un sistema suicida que partía al equipo en dos y obligaba a hacer recorridos impensables para achicar y siempre en inferioridad.

No puedo pasar por alto el asunto de los cambios. Los oscenses se fueron con Molina, Sastre, Clavero, Josetxo y Rafel amonestados al descanso. No se cambió a ninguno. Clavero fue expulsado poco después, Camacho vio la amarilla y aún así se quitó a Roberto y Gilvan, ambos sin tarjeta. Esto merece un post a parte. Vaya por delante que fue jugar a la ruleta rusa. Y no es un juego recomendable.

Pocas veces encontrará la SD Huesca un marco tan favorable para lograr la victoria, pero eso poco me importa porque ya se consiguió la primera, la que debe hacer crecer al equipo definitivamente y mostrarle al Mister que su camino estaba equivocado. Mas vale tarde