Jueves. Y sin hablar del Nástic. Royo, los sistemas, las rotaciones, la plantilla, la edad, los repliegues, los ajustes, los goles, los no goles y los pitis que se ha fumado la abuela. Fracturas de vestuario, escudos, emblemas, decretos, titulares, suplentes, suplentísimos, directivos, relevos, buitres. Se ha hablado de todo....y todo sigue en el aire.
Por partes. Royo señaló a la columna vertebral del equipo: Bernardo, Corona, Helguera y Tariq. La columna por la que apostó desde el inicio y la eliminó ante el Alcoyano. Y le salió mal. Esa apuesta valiente para algunos fue para mi una huida hacia adelante. Esos 20 primeros minutos tan buenos, no lo fueron tanto para mi. Espejismos, latigazos, ráfagas...
El caso es que ahora hay jugadores señalados de los que hay que volver a tirar. Se habla de reuniones postpartido que jamás se produjeron, al menos, en lo que yo entiendo por reunión. Se habla de diferencias en el vestuario. Y si, las hay. Como siempre que las cosas van mal todo el mundo es más propenso al enfado. Es lo que tiene la tensión. ¿Pero es que nadie se ha enfadado con su novia sin que eso implique dejar de quererse?
Se habla de un ultimatum del que todo el mundo está tan convencido que ni siquiera ha sido necesario.Royo apenas transmite esta semana. Moisés se multiplica tratando de tapar agujeros. Se habla, como siempre en estos casos, de los que no están. Se habla de todo pero se profundiza en poco.
En resumen, es la primera crisis que vive la SD Huesca en esta era en la élite y tanto en el entorno como en el "intorno" se ha creado una sensación de ARMAGEDÓN, de fin del mundo que no tuviera remedio. O al menos, no parece que ganar en Tarragona sea remedio suficiente. Tiene otro. Urgente. Pero ha de ser tremendamente certero y no, ya no hay margen de error. Por mucha liga que quede.
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