sábado, 10 de septiembre de 2011

La flor de Onésimo

   
Onésimo Sánchez estuvo dos veces a punto de ser destituido la pasada temporada. La última, tras una terrible lectura del partido en Soria ante el Numancia. Pero para entonces, el equipo estaba encarrilado, había protagonizado algunos buenos partidos y la sola inercia de la competición haría terminar la liga sin apuros. ¿Para que desgastarse en un cese?
 
      La primera fue mucho antes. Desastroso arranque oscense. De juego, resultados, imagen, sensación de impotencia...y el potente Xeréz en el horizonte. Había que ganar -y hacerlo fuera de casa- para que el de pucela conservara su puesto. Por cambiar algo, por buscar un golpe de suerte, cualquier cosa a la que aferrarse cambió de portero y Andrés inició su carrerón particular. Y cambió la suerte.

   Roberto, inédito, enganchó desde su casa un empalme casi imposible que dibujó una parábola en la que se fueron perdiendo los miedos, las desconfianzas y los malos royos. Un gol precioso que no dejó de ser un golpe de fortuna. Luego llegó otro e incluso un tercer golazo, de Bauzá -ánimo ya queda menos- para rematar el 1-3 y salvar el cuello. Fue la rampa de lanzamiento.

El Xerez, en el camino de nuevo, de Royo en esta ocasión y en Copa. Pero también significativo por el cambio de dibujo, la irrupción de Molina, etc Puede reaparecer la Flor de Onésimo pero hay que regarla y poner a Molina en banda derecha (si se confirma) no ayuda.

No hay comentarios:

Publicar un comentario